Saganta se ha convertido en el segundo foco habitado de Estopiñán del Castillo. La cercanía de la carretera N-230 que conecta la ciudad de Lleida con el Pirineo ha permitido el desarrollo de varios establecimientos hosteleros. El pequeño casco urbano tiene una iglesia de reciente construcción con una llamativa decoración de ladrillos rojizos. En las inmediaciones, y sobre un elevado tozal se encuentra la ermita de San Quilez y Santa Julita.